Luego de haberse retirado, Hayao Miyazaki regresa al mundo del dibujo animado con la película EL NIÑO Y LA GARZA, que se estrena durante las últimas semanas del 2023 y que se ha convertido en un gran evento artístico para el comienzo del año 2024. Se trata de un filme de dibujos animados, que celebra el retorno del gran director japonés, pero que también deja claro que la singularidad de un artista se manifiesta de formas inesperadas y que es irrepetible.

EL NIÑO Y LA GARZA se basa en la novela ¿CÓMO VIVES? publicada en 1937 y escrita por Genzaburo Yoshino que trata sobre el vida de un niño que debe lidiar con la muerte de su madre y la nueva vida de su padre, quien se casa con la hermana de la difunta y tiene otro hijo con ella. Pero dónde todo pinta ser un melodrama lacrimoso, la película de Miyazaki acude a la imaginación desbordada, planteando universos que recuerdan a sus filmes anteriores, pero que no dejan de sorprender a todo aquel que va a la sala de cine.

Aunque los arquetipos formales creados por la propia trayectoria del director están presentes en la película, nuevas propuestas estéticas se abren paso en esta obra. Ejemplo de ello son las secuencias que evocan la pintura expresionista o escenas en las que el impresionismo de las vanguardias pictóricas son una herramienta usada con acierto para construir los momentos de mayor carga emocional. Los asistentes a las proyecciones del filme manifiestan su entrega al relato con sus sonidos de aprobación. La historia cuenta con un fuerte trasfondo autobiográfico y es especialmente conmovedora al permitir a los personajes reencontrarse con sus seres ausentes.

Entonces, con EL NIÑO Y LA GARZA, la incertidumbre por el riesgo de ser remplazados por la inteligencia artificial se relativiza y queda claro que creadores singulares como Miyasaki aparecen una vez y solo se repiten cuando se vuelven a ver sus películas.