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LOS FABELMAN

Por: Miguel Ernesto Yusty

LOS FABELMAN cuenta la historia de un niño que descubre su pasión por hacer películas hasta el momento en que consigue su primer trabajo haciendo televisión. Es un filme de Steven Spielberg, estrenado en 2022 y que en 2023 acumula un gran número de nominaciones a diferentes eventos. La intención del director por hacer la película se remonta varios años atrás y entre sus méritos se encuentra el valor de hacerla en tono autobiográfico o por lo menos muy personal. Si la presencia del niño no fuera tan marcada, se podría decir que se trata de un drama familiar, pero sin dejar de serlo, es sobre todo un “coming-of-age”, es decir, que habla del proceso de maduración del protagonista, quien descubre en el cine el sentido de su vida, aunque, el filme, tiene además dos elementos adicionales que lo separan de otras películas similares.

El primero de ellos es el poder del cine para afectar la vida de los espectadores cuando se sienten identificados con los personajes de las películas. Como el protagonista comenzará registrando su vida cotidiana y encontrará los actores en su entorno más personal, la mirada de quienes son filmados respecto a su propia existencia se ve transformada drásticamente. Ello llevará al otro elemento que hace de la película una obra brillante y es la relación que entabla el joven director con su madre. Ella se verá revelada en su más profunda intimidad por la cámara de su hijo, encontrando en él un amigo con el que compartir la esencia verdadera de su ser.

LOS FABELMAN es el manifiesto de Steven Spielberg sobre su arte, el cine. En ella se deja claro que el cine es un instrumento para ver al ser humano sin velos, en toda su verdad, al mismo tiempo que consigue crear nuevas verdades que se consolidan al momento de ser vistas por los espectadores. De esta forma, la película se convierte en una defensa del cine y de su importancia para entender al ser humano y para que este se descubra a sí mismo. El cine es una ventana al mundo íntimo del espectador y es el espejo en el que la sociedad se mira a sí misma. Aunque la televisión y los nuevos medios también lo consiguen, la experiencia de la pantalla gigante hace del cine una ritual de mayor impacto.