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LA BALLENA, ES PARA APLAUDIR AL FINAL

Por Miguel Ernesto Yusty

Darren Aronofsky es un director de cine nacido en Nueva York, que tiene en su carrera títulos como REQUIEN POR UN SUEÑO del 2000, EL LUCHADOR de 2008 o EL CISNE NEGRO de 2010. El impacto que estos filmes producen el espectador hace que no sea extraño, que LA BALLENA, de 2022, pueda conectar profundamente con el público. Como en los ejemplos citados, en LA BALLENA, los personajes del guion permiten a los actores construir representaciones descollantes. Así, Brendan Fraser, una estrella del cine de entretenimiento, consigue su trabajo de mayor calidad y dramatismo.

LA BALLENA comparte con EL LUCHADOR, el otro ejemplo antes citado, un protagonista que inicia derrotado y que busca incansablemente resarcir sus culpas. Fraser, como actor principal, crea un personaje que busca el martirio por motivaciones tan nobles, que el espectador no puede más que solidarizase con su causa. Con este ejercicio, Fraser entra en el panteón de actores como Robert De Niro o Christian Bale, quienes transforman su fisionomía, de forma extrema, para cumplir con los reclamos del personaje. En este caso, Fraser ganó 130 kilos para dar credibilidad a su trabajo y tras las prótesis de maquillaje adicional, deja ver un poder histriónico que conmueve al público en la sala de proyección.

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Aronofsky produce en sus películas un tono de sacralidad que, mezclado con la humanidad extrema de sus personajes, convierte sus obras en templos contundentes del cine. La película es espectacular por la forma como el director cuenta la historia en un solo escenario, por la actuación de Brendan Fraser y también por la forma como sacude al público. Es difícil que LA BALLENA no capture la atención del espectador, demostrando que más allá de una buena película, son pocos los placeres que pueden comparársele. Entonces, si va al cine y la ve, no se contenga y aplauda al final, que nunca en el séptimo arte, un par de pies recibieron tanta luz celestial.