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Software libre para mentes libres.Por Ricardo Guzmán

Conversando con MEY sobre la necesidad de escribir sobre tecnología en esta página, recordé sus palabras el día en que instruía a su creativo sobre el eje que debería seguir la publicidad: – “CINE POSIBLE”, le dijo

En realidad, fundar una empresa en el tercer mundo que haga posible la creación de cine requiere, de una parte, un estudio financiero muy serio que garantice la rentabilidad de las inversiones, y de otra, una gran dosis de quijotismo para emprender la obra de volver realidad la empresa que se sueña.

Cuando hablamos de hacer cine antes que pensar en el lenguaje, en la semántica, en la obra, pensamos en dinero, en cómo poner los costos de producción al alcance de las naciones emergentes. Y es entonces cuando la reflexión sobre la tecnología de base que se usará, cobra especial importancia toda vez que las transferencias por concepto de licencias y patentes afectan en gran proporción el costo de los proyectos.

Examinando solamente este factor se puede apreciar que, adoptar plataformas de software abierto y libre de entrada alivia la presión sobre este aspecto. Pero hay más: la diversidad de herramientas que esta corriente de pensamiento y motor de nuevas industrias pone a disposición de la comunidad, potencia el trabajo de todos los involucrados en la cadena de producción. Finalmente, no estar condicionada la solución de un problema a la iniciativa de un solo proveedor, permite diversificar las tareas concentrando al artista en su trabajo creativo liberando la solución técnica a una comunidad creciente que centra su estrategia de negocios en el servicio y no en la propiedad.

Seguirá existiendo software privativo y de muy buena calidad, pero no es ni el único, ni el mejor; cada vez más la apuesta por soluciones abiertas y libres tiende a mostrar su racionalidad y eficiencia.