MINORITY REPORT, LA TRAGEDIA Y EL DESTINO QUE TE PERSIGUE


MINORITY REPORT es una película dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Cruise en la que un policía honesto lucha contra su destino para no convertirse en el asesino que mata al supuesto secuestrador de su hijo. Dicho así parece una venganza justificada, pero el dilema surge cuando somos conscientes que el personaje que interpreta Cruise, trabaja capturando a quienes han sido declarados como futuros homicidas por tres hermanos videntes que duermen indefinidamente y que predicen crímenes fatales en sus sueños. Es como si estuvieran leyendo el libro de las biografías de los habitantes del mundo. Aunque el filme está catalogado como de ciencia ficción y perteneciente al nuevo cine negro, está claro desde el inicio que se trata de una tragedia al estilo griego, en la que existe un oráculo que predice el devenir y un protagonista que se esfuerza por evadirlo. La película puede verse en Netflix, Amazon y Apple TV y cuando se estrenó en 2002, fue un éxito de taquilla que rondó los 350 millones de asistentes. Es decir que, aunque la vida diaria está regida por la tecnología y las ciencias, los espectadores escogen ver una película en la que la justicia se rige por designios metafísicos y no por la racionalidad. ¿Por qué se les hace tan fácil creer que la vida ya está escrita de antemano?¿Suponen los espectadores que en algún lugar de universo hay alguien que sabe qué pasará con nuestras vidas incluso antes de nuestro nacimiento? ¿Existe el destino?

MINORITY REPORT es una película llena de méritos. Sus actores son de talento y cuentan con trayectorias que los respaldan. Junto a Tom Cruise actúa Max Von Sydow como antagonista y los acompañan Colin Farrell y Samantha Morton. Dirigiendo está Steven Spielberg, quien permite a sus distintos departamentos concebir un filme futurista en el que se siente el paso de los años y en el que el desarrollo tecnológico convive con lo más antiguo. En esa capacidad de permitir que los opuestos cohabiten, la película encuentra su mejor cualidad, porque cuando todos los problemas deberían estar resueltos, los personajes caen en el precipicio de sus pasiones. Aunque la ciencia más avanzada consiga explicar estos comportamientos, para la mayoría siguen siendo un misterios sin resolver. Queda entonces un vacío que es la razón por la que existen relatos como el de MINORITY REPORT, o cómo el de EDIPO REY, la tragedia escrita por Sófocles.

Cuando no existe forma de explicar una tragedia, los seres humanos inventan un cuento el de MINORITY REPORT para llenar los vacíos provocados por la ausencia de razones que justifiquen los acontecimientos. Ante las causas insoportables, la razón metafísica compensa el vacío dejado por la incapacidad para dar explicaciones racionales o la ignorancia autoimpuesta ante la crudeza de la verdad. Es entonces cuando el arte encuentra su lugar en el mundo, en el que los narradores compensan las falencias emocionales y le dan sentido a la existencia de quienes consideran que el mundo real los derrota y les quita el aire para respirar. Como todos y en todas las épocas, somos susceptibles de padecer la derrota, los cuentos, las novelas, el teatro, el cine, las artes narrativas siempre están vigentes. Y es así, porque son necesarias para que el mundo siga girando. Por eso MINORITY REPORT o SENTENCIA PREVIA, como se la conoce en castellano, fue primero un relato corto escrito por Philip K. Dick en 1956, que ameritaba hacerse masivo gracias al cine y convertirse en el paliativo para calmar la desazón que generan las bajezas que practican las personas cuando pasan de ángeles encantadores a demonios despreciables.

 

Entonces si se acepta que, en la vida cotidiana, la verdad científica o racional no es prioritaria, pensar que alguna entidad no humana ha escrito la vida de las personas antes de estas nacer es ideal. Así la culpa y la responsabilidad ante los errores desaparece, porque se le puede achacar al destino. Por eso es fácil creer que éste si existe, porque ser culpable y vivir culpando a otros es insostenible. ¿Y entonces existe el destino? ¿Alguna editorial ha publicado el libro en el que se consignan nuestras vidas?¿Algún arqueólogo de sombre y látigo lo ha encontrado para dejarlo a cargo de algún museo o biblioteca? El destino existe para quien cree en él. Y si usted de esos que supone que todo ya está escrito, pues estaremos pendientes para que cuando algo terrible le suceda podamos ver como lo maneja para nosotros así aprender cómo vivir sin responsabilidades ni culpas al saber que ya alguien ha escrito la película de nuestras vidas y que nosotros seguimos su guion, que todo es una ficción y que el dolor terminará cuando la proyección concluya y que si el escritor ha tenido compasión de nosotros, el final será feliz o por lo menos agridulce.