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GUERRA CIVIL, EL INFIERNO INTRANSITABLE.

GUERRA CIVIL, estrenada en cines en la primera mitad del 2024, es una película dirigida por Alex Garland, el británico que alcanzó el reconocimiento de la crítica tras dirigir EX MACHINA, en 2015. Con GUERRA CIVIL se enfrenta al difícil reto de hacer creíble un hipotético conflicto militar en los Estados Unidos de América, que es cubierto por un grupo de periodistas dispuestos a todo por acercarse a la verdad. La historia sucede en pleno siglo XXI y pone sobre la mesa la posibilidad del derrumbe de la nación del norte. El tema es de interés, en tiempos en los que los estudiosos de la actualidad se devanan los sesos planteando la caída de los americanos y el asenso de sus rivales. GUERRA CIVIL se transforma de película a pregunta: ¿Llevarán las disputas políticas entre republicanos y demócratas a una guerra en los Estados Unidos?

GUERRA CIVIL es cine bélico, pero visto con ojos de fotógrafo de guerra. Gente particular esta, porque cuando el instinto de supervivencia dicta escapar, ellos corren hacia el peligro y lo miran sin temor a convertirse en estatua de sal. GUERRA CIVIL es cine de carretera. Recuerda el viaje al infierno de LA DIVINA COMEDIA de Dante o el de APOCALYPSE NOW de Coppola. Al igual que estas obras, la película de Garland está llena de cualidades narrativas, en este caso cinematográficas. Una puesta en escena fluida, un sonido de explosiones y disparos que pone la piel de gallina y una sólida construcción de personajes que atrapa sin remedio al espectador. Trasciende el mero entretenimiento cuando el público hace consciencia que lo que en ella se plantea, se fundamenta en la polarización que ha vivido Estados Unidos luego de la pandemia del Covid 19. ¿Hasta qué punto Garland pasa de director de cine a pitonisa experta en asuntos bélicos?

El siglo XXI ha sido recorrido por la idea de la desaparición de los cámaras fotográficas en favor de los teléfonos móviles. Pero GUERRA CIVIL pone los puntos sobre las íes nuevamente. En el filme, una fotógrafa de guerra experimentada hace las veces de mentora de una joven que aspira a seguir sus pasos. Paradógicamente, la mayor usa una cámara digital marca Sony de nueva generación y la aprendiz trabaja con una Nikon, de los 1980. En medio de la batalla, el tiempo se detiene y el espectador accede a lo que ven las cámaras al momento de tomar las fotos. La Sony se muestra en color, la Nikon va en blanco y negro, con un poético grano de textura fotográfica. El director sienta así su posición sobre la forma como la historia se registra y como es recordada. Aunque GUERRA CIVIL está lejos de cualquier sensiblería, los amantes de la fotografía y de la palabra impresa serán tocados por la confirmación que su gusto permanece vigente y cargado de fuerza comunicativa y expresiva. GUERRA CIVIL cuenta con la fuerza de quien se arriesga a predecir la tormenta y teme estar en lo cierto. Quienes vean esta película recordaran grandes clásicos del género y asistirán al surgimiento de un nuevo objeto de culto para cinéfilos.