La muerte de las figuras relevantes de la cultura popular despierta un sentido de eterna nostalgia, que en el cine y la televisión da para constantes fenómenos de resucitamiento. En el caso de Bruce Lee, que fallece a sus 32 años en 1973, pasa de ser un ícono del cine de artes marciales, al de mítica figura del séptimo arte. De tal forma que es citado con frecuencia en proyectos televisivos y fílmicos, dándoles un atractivo que afecta incluso a las generaciones de cinéfilos que no han sido cercanos a la obra Lee. Prueba de ello es el éxito logrado por la serie EL GUERRERO DE CHINATOWN, producida por CINEMAX y transmitida por NETFLIX.

El guerrero de Chinatown es un joven inmigrante que llega a San Francisco a finales del siglo XIX en el contexto de la construcción del ferrocarril, del final de la guerra de secesión y en medio de una violenta lucha entre pandillas por el control del barrio chino. Él, mitad chino y mitad americano, busca con pasión a una mujer y se abre camino con el Kung Fu como tarjeta de presentación. Físicamente, recuerda a Bruce Lee y los movimientos y su estilo le hacen homenaje al fallecido actor, quien pensó la serie en los 1970 y que gracias a su hija ha sido llevada a la pantalla chica.

EL GUERRERO DE CHINATOWN contaba con su club de fans desde antes de ser estrenada. Aparece en un momento en el que el género de acción al que pertenece, se encuentra desde hace años en excelente estado de salud. Cinematográficamente, las luchas cuerpo a cuerpo se han convertido en un arte comparable a la danza, en el que el manejo de cámara es un integrante más de las coreografías y esta serie hace de ellas uno de sus principales atractivos. Por eso, si usted es un espectador que disfruta con los personajes rechazados con por la sociedad, que cargan una rabia interna que se les sale por los ojos y con capacidad física para el desquite a puñetazos, esta serie es la que el doctor le recomendó y por fortuna es un medicamento que ya se produce para usted.