Por: Miguel Ernesto Yusty

BLACK PANTHER: WAKANDA FOREVER cuenta la historia del país imaginario llamado WAKANDA, que por contar entre sus recursos mineros con vibranium, un metal de origen extraterrestre, es el más desarrollado del mundo. Al momento de iniciar el filme, Wakanda ha perdido a su rey y las naciones más poderosas del planeta intentan apropiarse del preciado mineral. Esta es la película que sigue a la exitosa BLACK PANTHER, de 2018, recordada por ser un éxito de crítica y de taquilla y también porque su protagonista, Chadwick Boseman, murió de cáncer de estómago estando aún joven y en la cúspide de su carrera.

En los filmes sobre Wakanda, los países del África oprimida encuentran redención. En esta entrega, se suma el Talocan, un imperio submarino que existe desde que Cortés conquistara Centroamérica. Los mayas de Talocan, también tienen vibranium y por eso pueden vivir bajo el agua. Los amerindios y los afros, son otra vez de interés para Occidente, que ya no busca el oro, ni las especias, quiere el metal que los hará invencibles otra vez. Así, esta segunda parte de la historia de la Pantera Negra, viene cargada del discurso reivindicativo en favor de la dignidad de los pueblos aborígenes. No se convierte en panfleto, porque la línea emocional del relato guía sabiamente la narración.

Sí, la película es sobresaliente por tener secuencias de acción espectaculares, pero quizás donde acierta con mayor fuerza es en el trabajo de sus actores. La motivación que imprime a sus interpretaciones el recuerdo del fallecimiento de Chatwick Boseman, hace que los roles de la madre, de la hermana, de la esposa y de los amigos, sean sin duda conmovedores. El filme supera la tentación de limitarse al melodrama y se orienta hacia un relato de venganza. Con esta mezcla de elementos narrativos, la película, que es más larga de lo habitual, no pierde ritmo y se convierte en uno de los estrenos más sólidos de finales de 2022.