Por: Miguel Ernesto Yusty

EMPIRE RECORDS es una película dirigida por Allan Moyle y estrenada en 1995. Habla del día en que una tienda que vende música en formatos de CD y LP evita ser convertida en sucursal de una franquicia y logra conservar su independencia. Aunque no fue la favorita de la crítica, el público si la ha apreciado, concediéndole la categoría de filme de culto. El reparto lo encabeza Anthony LaPaglia seguido de estrellas nacientes, en aquel entonces, como Renée Zellweger, Liv Tyler o Robin Tunney. El filme puede ser visto en Amazon Prime y si se arriesga a invertirle unos minutos, quedará cautivado hasta los créditos finales.

El término “película de culto” hace referencia al tipo de cine que, pasado el tiempo, ese puesto sobre un pedestal para ser respetado por encima del resto de filmes de su época. EMPIRE RECORDS es un canto de libertad opuesto a la uniformidad que impusieron las cadenas comerciales como Tower Records en la música o Blockbuster en el video. Habla de un tiempo no muy lejano, en el que la música no se escuchaba por Internet, en el que para disfrutarla eran necesarios los discos y los casetes y en el que los almacenes contaban con cabinas para audicionar, e incluso de audífonos de alta fidelidad para sus clientes. EMPIRE RECORDS se ubica en el precipicio que antecede un cambio tecnológico y comercial y paralelamente cuenta con personajes en momentos cruciales de sus vidas. Todos padecen de un vértigo que solo se cura lazándose al abismo.

La historia de EMPIRE RECORDS ilustra una paradoja, la de un grupo de gente joven que se aferra un mundo casi extinto. En el filme conviven la frescura de quienes descubren cuestiones universales como el amor o la creatividad artística, opuestas a otras transitorias como la moda o las herramientas para la reproducción musical. EMPIRE RECORDS es producto de un guion preciso, al que no le sobra ni le falta y que, sumado a lo anteriormente dicho, se transforma en una de esa obras que se ven una vez y se recuerdan por siempre.