Por Miguel Ernesto Yusty Hincapié

Creo que uno de los primeros directores de los que tengo memoria es Roman Polanski. Crecí oyendo hablar de la impresión que en los espectadores de los años setenta, había tenido The Rosemary’s Baby, conocida por unos como El bebé de Rosemary y por otros como La semilla del diablo. Obras de similar importancia se estrenaron en las décadas siguientes. Pero como si su éxito debiera ser compensado con tragedias equiparables, la prensa suministraba noticias de espanto: la terrible muerte de su primera esposa, embarazada de ocho meses y asesinada en un crímen sin sentido, las acusaciones de abuso sexual a una menor, que durante años lo han mantenido en estado de alerta ante el riesgo de ser extraditado a Estados Unidos y que ocasionó su detención en septiembre de 2009. A esto se suma el recuerdo de su madre desaparecida como víctima de la invasión Nazi a Polonia.

Sorprendentemente ante tanta adversidad, Roman Polanski responde al mundo con un cine de gran calidad, lleno de belleza y vitalidad. Basta citar dos de sus grandes películas, Chinatown y El pianista, para que no quede duda de la clase de artista al que nos referimos y para continuar enamorándonos de su trabajo.

Recientemente estrenó The ghost writer, en España llamada El escritor y en Latinoamérica El escritor fantasma. Esta obra le valió el Premio al Mejor Director en el Festival de Berlín y el beneplacito de los espectadores del mundo entero. Por eso en espera de su próximo film, invitamos a revisar algunas de sus películas. Esta semana en Cali, se puede ver en la Cinemateca El escritor fantasma. Pero si estás en otro lugar, alquilarla en DVD es una buena opción. Animate: hay que ver cine de Polanski.