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ANIMALES FANTÁSTICOS: LOS CRIMENES DE GRINDELWALD

Por: Miguel Ernesto Yusty

Las dos entregas de ANIMALES FANTÁSTICOS, tanto la de 2016 como la de 2018, están basadas en obras literarias pertenecientes al universo de Harry Potter. Para los adeptos al género de la fantasía, llenan el vacío dejado por la saga sobre el niño mago, tras HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE 2, estrenada en 2011 y considerada como la última película de la serie. Los filmes de ANIMALES FANTÁSTICOS relatan hechos sucedidos a inicios del siglo XX, décadas antes de las aventuras de Harry Potter. Las cuatro entregas finales sobre la historia del niño y las dos sobre los Animales Fantásticos, tienen en común a la escritora J.K. Rowling y al director David Yates, quien es considerado, en la actualidad, como uno de los más exitosos del Reino Unido.

Es probable que la consolidación de la serie sobre Harry Potter tenga que ver con el tipo de temas en los que Yates se destaca. Tópicos como la corrupción, la manipulación o las intrigas por el poder, son una constante en sus trabajos y quizás sea por esta razón que las películas sobre Harry se hicieron más complejas con el paso de los años, de tal forma que llegaron a públicos con rango de edad más amplios. En consecuencia, David Yates pasa a dirigir las dos películas sobre Animales Fantásticos, convirtiéndose en sello de garantía para atraer espectadores adolescentes y también adultos.

En ANIMALES FANTÁSTICOS: LOS CRÍMENES DE GRINDELWALD los dramas motivados por la discriminación racial son protagonistas. Con un panorama noticioso en el que la inmigración, el choque cultural y los mitos sobre las diferencias raciales están vigentes, la lucha entre magos y no magos encuentra su lugar en el imaginario de los espectadores. Estas películas sirven para constatar como la ficción y sus metáforas, son la oportunidad para reflexionar sobre temas complejos, incluso cuando el público objetivo son los niños y los adolescentes.