Por: Miguel Ernesto Yusty
SIETE REYES DEBEN MORIR es el largometrajes producido para televisión, a manera de capítulo final, de la serie EL ÚLTIMO REINO. La serie tuvo su origen en 2014 bajo la tutela de la BBC, para luego ser conducido por Netflix hasta su quinta temporada. Cuenta la historia de Uhtred, un noble y señor de la guerra en la Inglaterra del siglo IX, que nace sajón, pero es raptado por invasores vikingos para ser educado como danés. Luchará en favor del rey cristiano y sajón Alfredo el Grande, quien desde el reino de Wessex se opone a los vikingos. La motivación de Uhtred será recuperar el feudo arrebatado a su padre por los daneses, pero pasará sus días debatiéndose entre el afecto y la sed de venganza hacia las dos culturas debido a las injusticias y los reconocimientos que cada una comete en su contra y concede en su favor.
En una década en la que hubo proyectos de temática medieval cruciales para la historia de la televisión, EL ÚLTIMO REINO supo distinguirse y encontrar su propio espacio. A diferencia de JUEGO DE TRONOS, emitida entre 2011 y 2019, no se orientó hacia la fantasía. Por otra parte supo ser un proyecto de un solo protagonista, algo que no sucedió con la serie Vikingos, al aire desde 2013 hasta 2020 y que dio importancia a la familia de héroe original, diluyendo la atención y la pasión de los espectadores. Al concentrar los esfuerzos narrativos en la historia de Uhtred, el público se compenetra fielmente con la serie, a tal punto que SIETE REYES DEBEN MORIR, es recibido con familiaridad por la audiencia. Por otra parte y como estrategia para cautivar adeptos, que el capítulo final sea un largometraje genera sensación de novedad, opuesta a la idea de concluir el relato sobre el personaje con otra temporada de varios episodios.
La serie y el largometraje, no son estrictamente fieles al devenir histórico tal y como lo cuentan los académicos. Sin embargo la televisión Inglesa sabe encontrar en la barbarie de Uhtred las bases que fundamentan la existencia del Reino Unido. Esta habilidad para convertir relatos épicos y semihistóricos en obras que sustentan con habilidad algún tipo de nacionalismo, se aplica a otros personajes como Robin Hood o el Rey Arturo. Son tan efectivos los ingleses, que consiguen llevarlos del ámbito local al universal, al punto que los espectadores se apropian de ellos sin hacer distinciones de pasaportes, ni de su origen cultural. SIETE REYES DEBEN MORIR, es un ejemplo del poder que detentan los buenos ejercicios narrativos cuando pretenden impactar en la sociedad.
