¿Menos dinero, mayor libertad?

De distintas maneras sostenemos en esta web, que para hacer cine y contar buenas historias no es necesaria la ruina económica de inversores y productores. Sostenemos que gracias al desarrollo tecnológico, es posible hacer con menos dinero aquello que antes significaba una fortuna inalcanzable. Proponemos un cine en el que el conocimientos del oficio, nos lleve a la optimización de los recursos materiales y en consecuencia el disfrute de aquello que hemos llamado “presupuestos razonables”. Por fortuna no somos los únicos en pensar así. Existen en el mundo grupos conocidos como los “indies” o independientes, quienes por voluntad propia o por su limitada capacidad económica, deciden hacer un cine alejado del estilo tradicional, practicado por las grandes compañías productoras.

Más que intentar enmarcar el «cine indie» en unas características de tipo enciclopédico, nos tomaremos la libertad de definirlo como una actitud, que en tiempos de ahorro, austeridad y crisis económica, debería liberar a los creadores de la necesidad de producir ostentando: si se puede hacer con menos, hay que hacerlo con menos. No se trata de un consuelo de pobres, ya lo decía el gran Martin Scorsese “… no hay que olvidar que las películas cuestan entre un millón y cien millones de dólares. Puedes experimentar con un millón, pero no creo que puedas hacerlo con cuarenta millones. No te van a dejar el dinero nunca más”*. Aunque dependiendo del país, un millón de dólares suena ya impensable, las palabras de Scorsese son como mínimo alentadores. En consecuencia, el cine indie logra proponer estéticas y narrativas novedosas y en ocasiones sorprendentes, la historia es testigo de ello.
Este escrito es una invitación a que asumas la “actitud indie” como regla de vida. Coincidiendo con el Día Universal del Ahorro, nos atrevemos a recomendar mantenerla, aún en épocas de prosperidad.