Sensación extraña la que deja LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO, EL FINAL, es decir, la segunda parte, de la tercera parte, de la saga de LOS JUEGOS DEL HAMBRE (2012). A primera vista, la obra parece mantenerse en una tónica progresista, conservando a una joven mujer como protagonista de la historia, una chica capaz de ser fuerte y valiente, al tiempo que sensible, con el corazón dividido entre dos amores. Sin embargo, el sentido conceptual de toda la saga, es transgredido en este último capítulo, estrenado en noviembre de 2015, uno de los mas aciagos que se recuerden.
La historia, que rememora la dinámica de las luchas de gladiadores, cuenta como una joven decide no matar a sus oponentes, demoliendo así la esencia misma de su sociedad, que supone que estas matanzas organizadas, son la vía de escape para el odio y el resentimiento. Este tipo de comportamiento pacifista, se torna atractivo para el público, cuando la película es una megaproducción de acción futurista, donde el amor adolescente está presente en buena parte del relato. El éxito de las tres primeras partes de la serie, está cimentado en la actuación de Jennifer Lawrence, la misma que ganara un Oscar en 2012 por el film EL LADO BUENO DE LAS COSAS. Sobre esta actriz recae enarbolar la bandera de las juventudes que deben librar guerras que no les pertenecen y en las cuales participan para representar los intereses de otros, que siempre luchan, pero por interpuesta persona.
Resulta entonces inaudito el planteamiento de la última película de LOS JUEGOS DEL HAMBRE, debido a que convierte el conflicto de toda la sega, en una cuestión personal, donde la joven protagonista solo podrá ganar, si consigue matar a su contrario. El mensaje que deja, traiciona lo esperado por el público y labra una decepcionante huella en la taquilla. Esta cuarta película de la serie, es superada con creces por sus antecesoras por ser la menos vista durante el primer fin de semana de proyección. En los primeros días de exhibición, en un mes de noviembre de 2015, marcado por sonados ataque terroristas, LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO, EL FINAL, es recibida con expectación, pero sin pasión. Queda claro que las salas de cine reclaman discursos que ayuden encontrar soluciones, antes que sumirlas en la encrucijada sin salida de la violencia, que solo lleva a más violencia.
