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VINCENT & THEO

POR: Miguel Ernesto Yusty

VINCENT & THEO

Año: 1990

Dirección: Robert Altman

Reparto:Tim Roth, Paul Rhys

 

 

VINCENT & THEO (1990) es una película surgida de la reedición de una exitosa serie televisiva dirigida y producida para la BBC, por el americano Robert Altman (MASH-1970). La obra es un claro antecedente del fenómeno vivido por los géneros de la ficción audiovisual en los primeros años de la presente centuria, en los que la pantalla chica se ha convertido en púlpito desde donde grandes creadores dan rienda suelta a su creatividad, para contar todo tipo de historias que disfrutan de públicos casi que ilimitados, no solo por el carácter masivo de la televisión y los nuevos soportes digitales, si no porque la repetición de los capítulos, ya no depende de los canales que los emiten, si no de la tecnología, que permite a los televidentes acceder a los episodios vía internet y mirarlos cuando y como lo deseen. El beneficio se multiplica porque las cadenas tienen más audiencia, los creadores garantizan la vida de sus obras y el público tiene más opciones para elegir.

En los noventas, el universo del mercado audiovisual actual era solo una posibilidad accesible desde la imaginación y aunque el panorama se ha modificado, al punto que parece que los mayores riesgos temáticos y narrativos los asume la pantalla chica, ejemplos como el de VINCENT & THEO demuestran que el drama humano conserva su fuerza, narrado para el cine en un largometraje o por capítulos, para la televisión. VINCENT & THEO se basa en la famosa correspondencia entre dos hermanos, uno el afamado artista Vincent Van Gogh y el otro, su hermano menor Theo. Ambos personajes, dos caras de una misma moneda, se encuentran unidos por su profundo amor a la pintura y tratan de consumar unidos, el sueño de mostrar al mundo su singular manera de entender la realidad. La fuerza del drama no se ve diezmada por la pantalla en la cual se vea.

¿O cine o televisión? ¿Cuál ha de ser el soporte adecuado? Si se mira el ejemplo de Robert Altman, las dos películas de su autoría citadas aquí, han transitado por ambos medios, sin que su atractivo y capacidad de impacto se vean alterados. Ello lleva a concluir, que aunque parezca que la tecnología lo altera todo, la escencia de “lo humano” queda intacta, sin importar el medio o el frasco en cual se envase.