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SHINE (CLARO OSCURO)

POR: Miguel Ernesto Yusty

SHINE (CLARO OSCURO)

Año: 1996

Dirección: Scott Hicks

Reparto: Geoffrey Rush, Armin Mueller-Stahl, Noah Taylor, John Gielgud

 

 

Premio y nominaciones:

1996: Premios Oscar: Mejor actor (Rush). 7 Nominaciones

1996: Globo de Oro: Mejor actor drama (Rush). 5 nominaciones

1996: 2 premios BAFTA: Mejor actor (Geoffrey Rush) y sonido. 9 nominaciones

1996: National Board of Review: Mejor película

1996: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor actor (Rush)

1996: Festival de Toronto: 2 premios: Metro Media, People’s Choice (Scott Hicks)

1996: Critics’ Choice Awards: Mejor actor (Rush). Top 10 – Mejores películas del año

1996: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor actor. 2 Nominaciones

 

SHINE (1996), del director australiano Scott Hicks, recuerda a la película QUILLS (2000), en la cual se narran unos ficticios días finales del Marqués de Sade. No solo se parecen porque en ambas sea el actor protagonista sea Geoffrey Rush, si no porque en las dos se cuenta el drama de un artista con desordenes mentales, que solo encuentra la paz cuando practica su arte. La diferencia radica en que una es un melodrama con final trágico y que la otra, SHINE, también basada en la vida de un personaje real, opta por dejar abierta la puerta a la esperanza, con un final feliz.

Lo primero que destaca en SHINE es el alto nivel interpretativo de sus actores. El personaje principal aparecerá joven y adulto y en cada momento sorprende la calidad con la cual ha sido construida la personalidad del músico en quien se basa el film. Lo mismo sucede con el resto del reparto, que convence y cautiva a cada minuto de película. Ello hace que sea fácil seguir la línea de las acciones, organizada a manera de ir y venir de adelante hacia atrás, riesgoso porque podría disipar la atención de los espectadores, pero salvado porque el encanto del personaje protagonista puede con todo.

SHINE representa a los incomprendidos del mundo, que sienten que sus cualidades no han sido aún reconocidas, pero que albergan la esperanza de algún día contar con una suerte diferente. A diferencia de QUILLS, aunque algunos se identifiquen con el personaje del Marqués de Sade, es probable que una gran mayoría lo hagan con el pianista de SHINE. La diferencia radica en el “final feliz”, tan despreciado por algunos directores, pero tan efectivo y acertado en películas como SHINE. Asalta entonces la pregunta de cual de las dos sobrevivirá mejor al paso del tiempo. ¿Hacia donde se inclina el favor del público? Ambas películas aprobaron el examen de taquilla y lograron cubrir sus gastos de producción e incluso generaron dividendos. Pero más allá de la taquilla, la respuesta solo la tiene el público… ¿Después de verlas una vez, cuál de las dos películas estaría usted dispuesto a repetir?