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Nikon DF, RECUPERA LO MEJOR

Desde la primera semana de noviembre de 2013, LA PURA FOTOGRAFÍA es el objetivo defendido por la empresa nipona. La más nueva de sus cámara, bautizada como DF, es fiel testimonio de ello.

 

La DF es la respuesta al clamor del mercado por usar equipos que se manejen de la forma que siempre se han manejado. Eso quiere decir, son digitales porque registran las imágenes en discos duros o tarjetas de memoria, pero los controles son los mismos de toda la vida. Los usuarios no terminan de entender, por qué la evolución tecnológica les complica la vida y encima deben pagar por ello. La nueva cámara apunta a convertirse en homenaje al sentido común, dejando los botones y los diales en los lugares que siempre estuvieron, cumpliendo con las funciones que han desempeñado desde siempre: porque si algo está bien, debe dejarse como está.



La jugada de Nikon, la empresa japonesa, va en contra vía de la corriente impuesta por buena parte de los fabricantes de tecnológica, quienes imponen nuevos estándares para dejar obsoletos los aparatos vendidos en temporadas anteriores. Esta actitud mal intencionada, obliga a los usuarios a gastar más comprando lo mismo de antes, porque lo que ya tenían se ha convertido en una isla tecnológica a la cual no le encaja ningún nuevo aditamento. Basta ver lo que sucede con los computadores, que se hacen rápidamente obsoletos con la llegada de las nuevas versiones de los sistemas operativos. Esto sucede porque lo nuevo demanda de ellos cualidades que con frecuencia, poca utilidad tienen. Se debe reconocer que aunque algunos individuos requieren de la novedad para dar sentido a sus vidas, otros reclaman la utilidad y la eficiencia para cumplir con las actividades que les corresponden, así se trate de simples hobbies.

 

Por eso celebramos la aparición de la nueva NIKON DF. Quien disponga del dinero para comprarla, disfrutará de una cámara fotográfica digital, que permite grabar en tarjeta de memoria y deja ver la fotografías en una pantalla ubicada en su parte trasera, al tiempo que podrá manejarla tal y como se usaban las cámaras años atrás, con la misma lógica que cien años de uso decantaron para hacer de un artilugio tecnológico, una de las bellas artes. Incluso, aquellos que posean ópticas Nikon antiguas, podrán usarlas sin temor a equivocarse. Nikon demuestra así que lo nuevo no borra de un carpetazo la tradición, que ambos conceptos no son enemigos irreconciliables y que es posible avanzar de manera inteligente. Lo único que nos perturba, es su elevado costo que ronda los 3.000 dólares. Pero como esperamos que la NIKON DF, sea más que una cámara y signifique el inicio de una tendencia, albergamos la esperanza de ver el precio descender con la aparición de nuevos modelos inspirados en los mismos ideales.