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La escultura en el cine

La escultura en el cine
El uso de herramientas digitales plantea el interrogante de cuál es la función de los artistas clásicos en la industria del cine. La idea de una modernidad que ocupa y devora todo, hace pensar que las antiguas tradiciones que encontraron en el séptimo arte una vía para desarrollarse, desaparecen y son reemplazadas por nuevos oficios en los que el arte se convierte en un simple problema de operaciones numéricas y matemáticas. Nada más lejano de la realidad, los computadores sin un artista o artesano que los controle, son meras carcasas vacías.

Revista Cinefex. Julio de 1983

El papel del escultor en la industria cinematográfica tiene directa relación con la construcción de maquetas de distintas dimensiones, que brindan la posibilidad de recrear escenarios y personajes inexistentes o fantásticos. Aunque para muchos construir el set de una película se considera un trabajo de arquitectos o de directores de arte, en su esencia se trata de fabricar volúmenes que interactuan con los personajes a lo largo del rodaje. Ejemplo de ello, son las primeras películas de la saga La guerras de las galaxias: Una nueva esperanza (1977) El Imperio contraataca (1980) El retorno del Jedi (1983). En ellas, el trabajo del escultor es primordial porque la mayoría de escenarios, criaturas y naves son hechos a mano por artesanos dedicados a dar a los mundos imaginarios la apariencia de realidad.

En lo que atañe a la creación de personajes, ya en 1915 Willis O´Brien fusionaba la escultura con un nuevo tipo de animación conocido como stop motion. Durante décadas, Ray Harryhausen (1920) llevó este oficio a niveles de gran refinamiento. En la actualidad, estudios como Ardman mantienen viva la tradición y demuestran que antes que desaparecer, la escultura animada captura espectadores sin distingo de cultura, ni edad.


El rol del escultor ha cambiado a medida que la tecnología avanza. La posibilidad de crear personajes y mundos enteros desde la computadora plantea un nuevo tipo de artista: un escultor digital que por medio del software especializado, genera imágenes en 3D. Mientras, en La guerra de las galaxias, muchas veces el movimiento de los muñecos o animatronix, era generado por cuerdas o por la misma mano del creador, en Avatar (James Cameron, 2009), los protagonistas usaban trajes de captura de movimiento, provistos de sensores para transferir a los personajes tridimensionales, hechos por computador, la sensación de vida.

La evolución tecnológica ha propiciado nuevas oportunidades para la escultura. Basta pensar que la tendencia del cine estereoscópico lleva a los espectadores y a los creadores a concebirlo como un arte de imágenes casi palpables, volumétricas. Antes que perder su lugar en la industria del cine, los artistas de la escultura permanecen con sus objetos, personajes y escenarios, así como una nueva concepción escultórica de la percepción cinematográfica que se ha convertido en la piedra angular del futuro del cine.